Yo amo de tu rostro la pálida hermosura,
La frente soñadora, el perfecto perfil,
Y amo de tu cuerpo la arrogante figura
Con su porte gallardo de elegancia viril.
Yo amo de tus ojos la infinita ternura
Tu gran ansia de amor, casi, casi infantil,
Y amo de tu espíritu la indómita bravura,
La clara inteligencia, la fuerza varonil.
Cuando imploras un beso, me pareces un niño
Ingenuo, melancólico, ansioso de cariño.
Más cuando lo he otorgado, tiembla todo mi ser.
En brazos del amante que vibra de pasión
Y dulce y femenino, mi joven corazón
Te quiere con ternura de madre y de mujer
Luna mejía, Mario. (1960)
Compilador: Martinez, R. (2010) Diciembre Apreciación Literaria UNITEC, Honduras escritoravictoriabertrand.blogger.com